Ruta en coche por la Marina Baixa: enamórate de sus playas y montañas
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Alicante es playa, Alicante es montaña, Alicante es historia. En sus 5.816 quilómetros cuadrados de extensión podemos encontrar una gran variedad paisajística, cultural y un total de 244 quilómetros de costa, que unen Denia hasta Pilar de la Horadada. La región, también conocido como Costa Blanca, ofrece un amplio abanico de posibilidades y qué mejor manera de conocer todo su encanto que con una ruta en coche.
En esta ocasión, vamos a recorrer la Marina Baixa, una comarca alicantina preciosa que va mucho más allá del típico sol y playa y que ofrece a sus visitantes pueblos históricos, cascadas y un monte precioso. Nosotros te recomendamos volar a Alicante, alquilar tu coche en el aeropuerto, poner tu música favorita y emprender la ruta. ¿Te vienes con nosotros de ruta?
Alicante, la ciudad bañada por el Mar Mediterráneo
Para empezar esta ruta en coche, os aconsejamos acercaros a las cinco playas que bañan la ciudad de Alicante, repartidas en 15 quilómetros. Todas son muy diferentes entre sí y cada una de ellas presenta un encanto único: el Saladar-Urbanova tiene dunas; el Postiguet, que cuenta con el castillo de Santa Bárbara de centinela; la Albufereta, en la que podrás disfrutar muy cerca del yacimiento romano Lucentum; la Almadraba, aguas cristalinas y rocas; y la Playa San Juan, que representa la definición de amplitud.
Eso sí, no olvides disfrutar también de la ciudad de Alicante, una ciudad cosmopolita y abierta con un precioso casco antiguo y un colorido barrio de Santa Cruz (¡parada obligatoria!). Una vez hayamos finalizado la visita a la capital de la provincia, arrancamos nuestra ruta en coche dirección norte por la AP-7 hasta Altea, una ciudad mágica.
Altea: playas, calas y acantilados
La localidad de Altea destaca por la calidad de sus playas, calas y acantilados pero también por su blanquísimo casco antiguo, que crece a partir de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, con una característica cúpula de tejas azules. Sus callejuelas estrechas y sus miradores han atraído a multitud de pintores como Benjamín Palencia, Eberhard Schlotter o Toni Miró.
Además, en Altea se juntan el río Guadalest, que da nombre a un pueblo con mucho encanto (y que también visitaremos en nuestra ruta) y el río Algar, que forma un paisaje natural impresionante (otro punto de nuestra ruta) a tan sólo 15 quilómetros de Altea.
Así, cogemos la CV-755 para dirigirnos a Callosa d’En Sarrià y llegaremos a un paraje verde, lleno de cascadas, pozas y cañaverales, las Fuentes de Algar, donde se puede disfrutar de una maravillosa paella a orillas del río y de un paseo de 1,5 quilómetros que te permite andar por el río y darte un buen baño en alguna de las pozas naturales que se forman (si eres friolero, ¡no te preocupes! El agua está a una temperatura de unos 18º).
Castillo de Guadalest, un pueblo en una peña de la sierra de Aitana
Seguimos por la carretera que nos ha llevado a Callosa d’En Sarrià (la CV-755) y llegaremos, después de entre 15 y 20 minutos más de conducción a Guadalest, más conocido como Castell de Guadalest, y que está sobre una peña de la Sierra de Aitana a 586 metros de altura.
Esta localidad se conserva tal cual la construyeron los árabes (con las remodelaciones necesarias por guerras) y sólo se puede acceder por un portillo. Dentro, están las casas del pueblo antiguo, las cruces del cementerio y… ¡ocho museos!
Descenso hasta Benidorm pasando por Polop
Una vez visitado Guadalest y alguno (o todos) de sus museos, seguimos nuestra ruta en coche por la CV-70 dirección Benidorm, haciendo una parada en el encantador pueblo de Polop. A pesar de que Benidorm se conoce como la Manhattan del Mediterráneo por la gran cantidad de rascacielos (¡y cada vez más altos!), también se puede disfrutar de costa virgen y no edificada.
Pegada al último rascacielos de la ciudad está la Serra Gelada, seis quilómetros de costa abrupta y paisajes naturales. Para visitarla existen varias opciones: en coche se puede contemplar el skyline de Benidorm desde la cruz de la primera cima o dirigirse a l’Alfàs del Pi, en el extremo norte de la sierra y caminar (unos 45 minutos) hasta el faro de Albir (por el camino podrás disfrutar de maravillosas vistas de la bahía de Altea). La tercera opción es caminar directamente desde la playa a la punta del Carvall, donde se puede disfrutar de acantilados de más de 300 metros.
El total de nuestra ruta es de 127 quilómetros, que corresponde a 2 horas y 42 minutos de conducción pero nosotros recomendamos hacerlo, como mínimo, en un par de días para disfrutar bien de todos los paisajes y excursiones a pie que ofrece esta ruta en coche por la preciosa Marina Baixa.